martes, 25 de noviembre de 2008


Hablaban siempre de dinero y planeaban asaltar un banco, y al llegar otro Febrero soñaban con fugarse en un barco.

Y año tras año se iban yendo así creyendo que la vida era un velero, sueño tras sueño quedaban allí cruzificados en un subidero. Uno se hizo maricón, otro se hizo marino mercante. Aquel cree en la revolución mientras su hermano es un traficante. De calle en calle los muchachos van buscando hembras para el levante, lunes tras lunes se repite igual; a esta vida no hay quien la aguante. Dicen que quieren rock and roll y algunos hasta se fuman un porro. Hay quien sueña con Washington, y hay quien anda con la cara de perro. En este barrio también está el que se caga en todo y hasta en Nueva York, no adora el dolar y, claro lo ve, que ese norte no es la solución. Hablaban siempre de dinero y planeaban asaltar un banco, y al llegar otro Febrero soñaban con fugarse en un barco. Quien se quedó critica al que se fue y todo el mundo sabe lo que pasa, no se si yo me quedo o si me iré; ya me cansé de mi barrio y mi casa.